viernes, 30 de diciembre de 2011

PIEDRAS QUE SE CAEN. La ruina progresiva del castillo de Santiago de la Torre.

Ayer me enteré de una gran desgracia no solo para el pueblo, sino para toda la comarca del Záncara. Pero mejor es verlo con vuestros propios ojos con estas dos fotos, la primera del verano de 2010 y la segunda de hace un par de días.


Y tras las fotos, nada mejor que leer lo que mi primo Damián Martinez, historiador y gran estudioso del medievo, ha escrito desde el otro lado del charco no bien ha conocido la noticia.

Son las 11:30 de la mañana en Bogotá. Abro el correo electrónico y Tomás Aguado me envía unas fotos que me dejan helado: se ha venido abajo un lienzo de muralla de unos 50 m² en el castillo de Santiaguillo, llevándose consigo parte del adarve y sus zapatas ornamentales, además de tres vanos y dos rejas que los cerraban. El matacán en voladizo que defiende la entrada principal al recinto, sostenido por cinco filas de ménsulas, se salva de milagro, pero el panorama es desolador: una gigantesca montaña de escombros de más de dos metros de altura deja ya al descubierto la torre del homenaje. Convertida en palomar hace décadas, es incapaz de esconder su desamparo; parece decir, “por favor, acaben conmigo, terminen de expoliarme, arranquen de mis muros las ventanas geminadas y ajimezadas, llévense los sillares esquineros, destrocen las aspilleras, roben también la primitiva puerta con su bello arco y sus poderosas jambas…, hagan lo que quieran, pero háganlo rápido y déjenme en paz”.

Es vergonzoso e inconcebible que una fortificación medieval que prácticamente se conservaba intacta en 1991 (salvo por las reformas interiores que lo transformaron en casa de labranza y el desafortunado añadido de parte del almenado, además de la torre del homenaje, ya en aquella época vacía) esté condenada a una acelerada ruina en 2011, apenas veinte años después. Se trata de un fracaso colectivo en nuestro papel de legatarios del Patrimonio Cultural.

¿Pero cuáles han sido (son) las causas del deterioro de este castillo? Básicamente cinco:

- Abandono por parte de los propietarios. Aunque en teoría están obligados por las leyes a mantener el bien cultural, custodiarlo y darle un uso compatible con su conservación, lo cierto es que no han hecho ni una sola obra de mantenimiento en las últimas décadas. Hubiera bastado con cerrar periódicamente los vanos abiertos en la muralla por ventanas y puertas en desuso, y apuntalar las estructuras que previsiblemente pudieran ir cediendo: hoy el inmueble estaría en unas condiciones aceptables, a la espera de una asequible rehabilitación.

- Expolio indiscriminado y vandalismo. Cuando el castillo dejó de ser habitado por las familias que trabajaban las tierras del entorno, y la aldea en su conjunto se convirtió en un almacén para aperos de labranza y maquinaria agrícola, los ladrones y vándalos comenzaron a robar y destrozar en su interior todo lo que encontraban: mobiliario, muros, chimeneas, etc. Casos sangrantes son la desaparición de dos extraordinarias rejas de forja que daban a las habitaciones más nobles, o la destrucción intencional de más de 20 metros de adarve (almenado original incluido) a mediados de los noventa. Lo mismo podría decirse del desmantelamiento completo en el año 2002 de la ermita aledaña - filial de la iglesia parroquial de El Provencio-, donde además se derribó caprichosamente su interesante espadaña de ladrillo con doble vano.

- Negligencia institucional. Las leyes españolas obligan a las instituciones competentes a garantizar la conservación del patrimonio cultural. Así lo recogen la Constitución de 1978 (artículo 46), la genérica Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985 y la Ley de Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha de 1990. Sin embargo, el castillo de Santiago de la Torre sigue abandonado a su suerte, ignorado por unas instituciones que consideran el patrimonio un estorbo, origen de problemas y gastos que no están dispuestas a asumir. No debería sorprendernos. Esto es España.

- Apatía de la sociedad civil. No sólo porque el expolio lo cometen personas de nuestro entorno y no lo denunciamos, sino por ese desdén tan generalizado por todo elemento patrimonial que no esté intacto y reluciente. ¿Quién no ha escuchado alguna vez la cantinela de que nuestro castillo es sólo un montón de ruinas que no merecen la pena? ¿Hemos hecho algo por evitar su deterioro? ¿Alguna asociación? ¿Una protesta? ¿Alguien se ha puesto en contacto con los propietarios? ¿Alguien ha ido documentando fotográficamente, año a año, el deterioro del castillo, para que al menos no perdamos una información arquitectónica que puede ser relevante de cara a una posible restauración/rehabilitación? ¿Quién hizo una planimetría de las estancias interiores antes de que se derrumbasen por completo?

- Otras causas: el propio aislamiento del inmueble, a 8 km de las poblaciones más cercanas y mal comunicado, lo ha hecho más vulnerable al expolio y ha disuadido a posibles inversores con un modelo de negocio. Es además un círculo vicioso: cuanto más se deteriora Santiago de la Torre, más costoso será rehabilitarlo y por lo tanto más improbable que alguien quiera comprarlo a los (más de 50) propietarios y darle un uso, garantizando así su conservación. ¿Hubiera sido distinto si hubiese tenido un único propietario? Quién sabe, probablemente sí…

Diagnosticado el paciente y expuestas las causas de su enfermedad, habría simplemente que administrarle una cura. La pregunta es, ¿la tiene? Y la respuesta: SÍ, siempre que las instituciones cumplan de oficio con su obligación, o la sociedad (hablemos claro: la gente en los pueblos cercanos) se implicase para presionar y exigir medidas de conservación. Dibujemos un escenario realista y veamos qué se puede hacer: ¿la solución surgirá, como por arte de magia, de la iniciativa privada? Es improbable, ya que la inversión necesaria para rehabilitar el castillo, sin contar la compra, probablemente superaría los 2 millones de euros. ¿Qué se puede hacer entonces, si es una propiedad privada y los dueños están dejando que se arruine? Conseguir que el gobierno regional lo declare Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, y que lo expropie alegando negligencia en la conservación. Teniendo en cuenta el abandono institucional que ha habido hasta ahora, ¿puede un conjunto de ciudadanos promover la incoación de un expediente de declaración de Bien de Interés Cultural para un inmueble? Sí, puede. Habría que informarse bien sobre qué estudios se requieren (histórico, arquitectónico, del entorno de protección, del estado de conservación, etc).

Y la gran y última pregunta, amigos: ¿estamos dispuestos a hacer lo necesario para que se nos oiga y que esta situación sea conocida en los despachos donde se toman las decisiones?

NOTA APARTE: La contemplación del castillo no debe hacernos perder la perspectiva: Santiago de la Torre es sobre todo un conjunto formado por castillo, ermita, aldea y el paraje de tierras agrícolas del entorno. Un auténtico Sitio Histórico y un Paisaje Cultural que merecen ser tratados como tales, cuidando sus elementos patrimoniales y paisajísticos. Las casas de la aldea y la ermita son inseparables del castillo, pues su existencia sólo se explica por la existencia de aquel, y son además testigos de unas técnicas tradicionales de construcción, y de los usos y costumbres desarrollados por sus habitantes a lo largo del tiempo.

Damián Martínez Aguado.

Para terminar, me gustaría presentaros unas fotos que hice en el verano de 2010, tanto para los que no conocen el lugar, como para los nostálgicos

Vista del castillo desde el molino del Hotel (sur).

Vista desde el oeste (detrás del río Záncara)

Vista desde el Este (fachada del derrumbe)

Vista desde el norte (con añadido siglo XX)

Torre del Homenaje desde el sur.

En próximas entregas, publicaré más fotos con detalles del deterioro del castillo. Y por favor, difundid en lo posible la desgracia que está padeciendo la zona, a ver si entre todos frenamos la destrucción de nuestro más valioso monumento.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y QUE SE PUEDE HACER Y DONDE HAY QUE QUEJARSE??

Anónimo dijo...

Es una lastima llegar hasta este punto.

Anónimo dijo...

¿Sería factible lo siguiente?:

- 1º Pedir permiso a los dueños para arreglarlo.
- 2º Organizar algún tipo de actividad voluntaria de retiradas de escombros y demás (con seguridad, a ver se nos va a hundir encima).
- 3º Encontrar a alguien especializado en la restauración de este tipo de edificios.
- 4º Convencer a algún grupo voluntario para (asesorados por esa persona especializada) emprender algunos días concretos durante fines de semanas (un sábado por ejemplo) las labores de restauración.

Pregunto si os resulta factible o no.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Hola Anónimo 3,

Gracias por tu interés en el castillo, y por comentar.

Respondiendo a tu pregunta, pienso que no es factible, o en todo caso no es deseable. La restauración de un bien cultural, en este caso del patrimonio arquitectónico, sólo debe ser llevada a cabo por una empresa de restauración especializada a partir de un proyecto serio supervisado por la administración pública. Ya pasó la época de los "pastiches" y "falsos históricos" perpetrados por personas de buena voluntad que destrozaban sin querer los monumentos. (Acuérdate del Ecce Homo "restaurado" por la famosa señora octogenaria hace sólo unos meses).

Para darte una idea de la exigente labor técnica que supone acometer una correcta restauración con los criterios actuales de la teoría patrimonial y los estudios requeridos, te dejo un dato: sólo la restauración/reconstrucción (y sobre este aspecto concreto podríamos hablar un día entero) de ese lienzo de muralla caído en diciembre de 2011, costaría probablemente más de 100.000 euros.